lunes, 28 de septiembre de 2015

Versos sin retorno

Márchate si quieres. 
Esta vez no voy a impedir que corras en otra dirección. 
Ahora yo también sé lo que significa no pertenecer a este mundo, 
que no haya un lugar en la tierra que puedas reconocer como tu hogar.

Vete, pero hazlo sin hacer ruido. 
Que yo también tengo una orquesta dentro dispuesta a armar jaleo
y, sin embargo, me paso la vida apaciguándola. 
He llegado, incluso, a convertir la algarabía en música para amansar a las fieras. Y así es como consigo amansarme a mí misma.

Vete sin tormentas. 
Que yo también sé lo que es la furia 
y sé lo que asustan los rayos y los truenos; 
podría hacer temblar el suelo bajo tus pies 
y, por el contrario, he aprendido a congraciarme con las noches de lluvia 
y ahora me resultan inspiradoras tras los cristales de mi habitación.

Vete. Sin más. 
Que el movimiento se demuestra andando 
y el camino aún está por recorrer. 
Ojalá alcances ese rincón incierto al que te diriges, 
allí donde no se contemplan horizontes que puedas convertir en metas logradas.

Y vete con dignidad, si puedes. 
Porque hasta para marcharse, hay que saber irse. 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Fuimos a pasear...

Fuimos a pasear con la intención de ver atardecer.
No llegamos a ver la caída del sol.
Nos lo impidió aquel beso con sabor a infinito que nos dimos.
¡Qué afortunado el ocaso que contempló aquella escena!

Dicen las palabras... Términos lingüísticos 5

Dicen las palabras de mi vocabulario 
que no quieren dedicarte más microcuentos, 
que lo único que quieren contigo 
es escribir una historia sin punto final. 

Decías que esa ciudad...

Decías que esa ciudad por la que paseábamos
era la más bonita del mundo.
A través de tus ojos lo era.
Cuando la contemplaba con los míos,
lo maravilloso es que tú estabas en ella.

Y sin dar la vuelta al mundo...

Y sin dar la vuelta al mundo
encontré el lugar donde quiero quedarme a vivir.

Tengo un plan...

Tengo un plan:
averiguar cuántos besos caben en tu cuerpo

He pedido un deseo...

He pedido un deseo:
que no haya ningún `pero´ entre nosotros

El día que no supe...

El día que no supe qué hacer con los abrazos que no te di, 
nacieron relatos.

Los versos surgieron cuando me di cuenta que mis besos 

no desembocaban en tus labios. 
Por eso escribo, 

para darle un hogar a todo lo que ya nunca será...contigo.

Has sido un huracán...

Has sido un huracán que vino a arrasar con la tristeza.
El tsunami que llegó para consumir la desgana.
También el volcán que abrasó la impaciencia.
Y el terremoto que hizo temblar los miedos.
Contigo he comprendido una sentencia incongruente:
se necesitan desastres para que todo vuelva a estar en orden.